Reciclaje de metales
Tipos de metales:
Debemos diferenciar entre dos grupos de metales; férricos y no férricos.
Metales férricos son aquellos que contienen hierro en su composición, ejemplos: hierro, acero.
Metales no férricos son los que no contienen hierro en cantidades apreciables, algunos ejemplos son el aluminio, cobre, plomo, níquel, estaño, titanio y zinc.
Hay determinados metales, como el hierro, acero, cobre, aluminio, bronce, plomo y latón que pueden se pueden reciclar casi un número ilimitado de veces sin perder sus propiedades. Estos metales están presentes en los objetos que usamos cada día.
Reciclaje de hierro:
El hierro es el metal duro más usado, con el 95% en peso de la producción mundial de metal y es el cuarto elemento más abundante en la corteza terrestre. El hierro puro no tiene demasiadas aplicaciones, salvo excepciones para utilizar su potencial magnético.
El proceso de reciclado del hierro consiste en fundirlo en altos hornos para extraer el hierro puro que puede ser reutilizado. Gran parte de la producción mundial de hierro proviene del reciclaje de materiales.
Reciclaje de cobre:
Se trata de un metal de transición de color cobrizo, es el tercer metal más utilizado en el mundo, por detrás del hierro y el aluminio. Gracias a su alta conductividad eléctrica, se ha convertido en el material más utilizado para fabricar cables y otros elementos eléctricos y componentes electrónicos.
Al igual que el hierro y el aluminio, el cobre puede ser reciclado casi indefinidamente y ser usado para producir cualquier producto que hubiera necesitado cobre nuevo.
Reciclaje de Aluminio:
La utilización industrial del aluminio ha hecho de este metal uno de los más importantes, tanto en cantidad (Es el tercer elemento más común en la corteza terrestre) como en variedad de usos, lo podemos encontrar en muchos objetos de uso cotidiano.
Gran parte de la producción de aluminio proviene de materiales reciclados, ya que reciclar el material de aluminio consiste en refundir el metal, lo cual es mucho más barato y consume mucho menos energía que la producción nuevo material de aluminio, el cual primero tiene que extraerse de la mina de bauxita y después ha de refinarse.
Los beneficios medioambientales de reciclar el aluminio son grandes. Únicamente se produce el 5% del dióxido de carbono durante el proceso de reciclado comparado con la producción de aluminio.